Historia de Canadian Club

PRIMEROS DÍAS

Fundado en 1858 por Hiram Walker en Walkerville, Ontario. En aquellos días, si querías whiskey debías llevar tu jarra o botella y llenarla con una botella genérica. A Walker no le gustaba mucho esa idea, y se aseguró de que cada barril y botella tuviera su nombre para que los consumidores supieran exactamente qué whiskey estaban bebiendo.

WHISKEY CLUB

Los canadienses se acostumbraron rápido al whiskey y muchos clubes de caballeros llenaron su inventario. No pasó mucho tiempo antes de que se conociera como “whiskey Club”. El whiskey fue tan bien recibido que comenzó a conseguir seguidores en Estados Unidos. Esto forzó al gobierno de los EE. UU. a que exigir que todos los destiladores canadienses pusieran el país de origen en la botella, y así nació el “whiskey Canadian Club®”.

MAFIOSOS, CONTRABANDISTAS Y EL MCCOY REAL

El 16 de enero de 1920, entró en vigor la decimoctava enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que prohibía la producción, transporte y venta de alcohol en los Estados Unidos. La mayoría de las provincias canadienses lo prohibieron al mismo tiempo. La Ley de control de licores de Ontario prohibió la bebida en público o en hoteles, pero no prohibió la manufactura y exportación de licor. En ciudades limítrofes como Windsor, Ontario, este vacío legal allanaría el camino para una década salvaje nunca antes (ni después) vista. La prohibición llevó a un aumento de contrabandistas y mafiosos como Al Capone. Pronto, las vías navegables entre los Estados Unidos y Canadá se convirtieron en el paraíso de los contrabandistas, que transportaron un 75 % del licor suministrado a los EE. UU. durante la prohibición. Poco después, Canadian Club® se convirtió en el whiskey más contrabandeado a los EE. UU. Dicen que la imitación es la mayor forma de halago, pero durante la Prohibición, los destiladores fraudulentos, que usaban nombres similares a Canadian Club®, trataron de vender alcoholes de bajo grado a los incautos. Los distribuidores de Canadian Club® ayudaron a proteger la marca instando a los clientes a solicitar Canadian Club®® por su nombre en el bar para garantizar que obtuvieran el real.